Debussy, Debussy, Debussy... Su propio nombre ya evoca a su música y a las imágenes que intenta mostrarnos con ella: Fluidez, misterio, elegancia, fragilidad... virtudes omnipresentes en la extensa obra del compositor francés. Claude Achille Debussy nació el 22 de Agosto de 1862 en el seno de una familia trabajadora pero con intereses artísticos que desembocaron en la entrada del joven Debussy en el conservatorio de París donde obtendría buenos resultados. A partir de ahí su carrera estaría caracterizada por vaivenes de reconocimiento y rechazo que marcarían la personalidad del compositor. Al igual que cualquier artista que rompía con los esquemas establecidos por el academicismo para adentrarse en el progreso, Debussy se encontró en su camino con numerosos detractores que tachaban su música de disonante y aleatoria, y en realidad no iban del todo desencaminados. Amante del romanticismo mas transgresor de Wagner y del barroco francés no se limitó a emular estas formas y asentó su carácter en la continua exploración musical y la búsqueda de nuevos y exóticos métodos de composición.
"Impresion, sol naciente". El cuadro de Claude Monet,
tocayo de Debussy, y uno de los mayores representantes
del impresionismo, que dio nombre al movimiento.
Comúnmente vinculado al impresionismo musical, llevando prácticamente el titulo de representante unipersonal del movimiento no gustó, sin embargo, jamas de esta etiqueta, considerándose mas cercano al paisajismo de William Turner. A pesar de esto, las similitudes con el movimiento pictórico francés son mas que obvias. El impresionismo podría ser descrito con la frase de Stephane Mallarmé: "Pinta, no la cosa, si no el efecto que produce". Con esta premisa los impresionistas buscaban crear sensaciones en el espectador configurando una visión subjetiva aunque realista del paisaje y basándose en técnicas muy novedosas como la pincelada gestaltica, en la que, anticipando la psicología de la percepción , pinceladas independientes de colores puros formaban en la mente una figura uniforme. Elementos como el agua o la luz cobraban especial relevancia en este arte, siendo continuamente representados en sus obras, al igual que en la música de Debussy, cuyo gusto por lo fluido, lo efímero, le llevo a componer el tríptico sinfónico "La Mer" o el preludio "La Cathédrale Engloutie" con una obvia sonoridad liquida y marina. Otro de los puntos de encuentro entre Debussy y los impresionistas son los Simbolistas franceses como Baudelaire, Verlaine, Rimbaud o Mallarmé. Considerados como los equivalentes literarios a los impresionistas fueron continuamente referenciados tanto por los músicos como por los pintores de esta estética, de hecho la primera obra de Debussy de estética puramente impresionista (y por lo tanto la primera pieza impresionista) esta basada en un poema del mencionado Mallarmé.
El Preludio a la siesta de un fauno contenía ya todas las características de esta música, como la intima orquestación basada principalmente en instrumentos de viendo madera, arpas y cuerdas confiriéndole un carácter bucólico y juguetón ademas de ligero y etéreo. En esta pieza Debussy rompe con los esquemas tonales modificando a su antojo la modulación, algo que la hace parecer una pieza improvisada o libre cuando en realidad esta sometida a unas complejas normas compositivas carentes de las restricciones del tradicional sistema de cadencia tonal. Muchas de las técnicas que describiré a continuación ya se encontraban en esta pieza y son las que confieren al impresionismo una sonoridad propia, genuina y jamas escuchada anteriormente.
Deux Filles fue un efímero y casi desconocido grupo francés formado por el músico compositor y productor Simon Fisher Turner y el escritor y productor Colin Lloyd Tucker. Juntos se embarcan en una epopeya musical interpretando el papel de dos indefensas jóvenes ocultas tras un trágico pasado.
En el amalgama sonoro de Deux Filles tiene cabida casi todo: Partiendo del Kraut menos rockero y de los inicios del ambient de Brian Eno o Vangelis mediante recursos minimalistas e instrumentos tanto sintéticos como acústicos nos ofrecen una propuesta personal, intrépida, pero audible para oídos minimamente experimentados, caracterizada por esas sonoridades etéreas que a mi tanto me gustan, voces tímidas y una composición detallada. Una música intima que se torna oscura en ocasiones, formada por retazos de múltiples ideas e influencias
Después de dos discos alabados por la critica aunque con poca repercusión, decidieron abandonar el proyecto y embarcarse en otros quehaceres, quedando Deux Filles condenado al olvido. Afortunadamente, gracias a medios de comunicación como Internet podemos tener acceso a la obra que nos lego Deux filles. Silent & Wisdom, junto con su segundo trabajo Double Happiness hará las delicias de los melómanos mas exigentes.
Advertencia: No apto para poperos.
¿Quién o qué es Jim Collins? ¿Que se esconde tras esa enigmática figura? ¿Por que no existe información en Google o Wikipedia? Ni siquiera Mutant Sounds es capaz de publicar mas que una breve y enigmática reseña. Un aura de misterio rodea este disco, algo muy apropiado si tenemos en cuanta lo que nos encontraremos en el: Una música tan misteriosa, oscura y aparentemente arcana como la identidad de su autor.
El disco comienza con un creciente sonido de pájaros que ya anticipa lo que vamos a encontrarnos. La ambientación juega un papel primordial en su característico sonido, ambientación que nos transportara a entornos oscuros, solitarios, con un deje de misticismo. Quizás un bosque caducifolio durante una templada noche otoñal, o esa sinuosa carretera de montaña siendo atravesada por un único coche, tal vez nos lleve a lo mas profundo de una pequeña caverna oculta en la maleza o el sótano de un viejo caserón abandonado; pero siempre de noche.
Oscuridad, y junto con la oscuridad el intimismo. Intimismo ermitaño, intimismo de aquel que no conoce la sociedad mas que por una leve intuición y decide, por libre albedrío o por obligación, apartarse de todo, incluso de la propia tierra.
El sonido que define el disco se podría describir como folk, psych folk o dark folk, en cualquier caso transgrede sin compasión estas etiquetas mostrándonos algo novedoso y muy personal, con una instrumentación tan intima como ecléctica: Una omnipresente guitarra acústica que por momentos parece que vaya a desaparecer, breves pasajes pianísticos, alguna canción con percusión, extrañas notas surgidas de alguna clase de flauta tradicional, variados pero no sobrecargados efectos sintéticos y de guitarra eléctrica, incluso en algún momento irrumpe un tembloroso órgano que suena de todo menos épico. Pero lo que destaca por encima o por debajo de todo ello es la voz, esa voz desquiciada y ultrareberberada que clama inquietantes insignias como "I wanna be just like Jesus" (solo quiero ser como Jesus) probablemente desde el fondo de un pozo o desde la habitación acolchada de un manicomio Guatemalteca. Todo aderezado con un perpetuo efecto de frituras de vinilo que da el rollo "antiguo" que necesita una obra así.
Por todo esto es recomendable escuchar el disco en unas condiciones especificas que no detallaré para no influir en una decisión mas bien personal pero que deberían acercarse lo máximo posible a los entornos descritos al principio. Seguramente necesitará un par de escuchas atentas para ser realmente apreciado, y una vez conseguido nos dejará en un estado que no es el mas apropiado para, por ejemplo, salir de fiesta, así que hay que ir con cuidado. Pero sobretodo tened en cuenta que os encontráis ante una autentica joya de la que solo pueden disfrutar unos cuantos "elegidos".
Explorando la red con algo mas de profundidad podréis ir encontrando breves pistas sobre la identidad del autor, pero no voy a anticipar nada ya que precisamente el misticismo que envuelve el disco es uno de sus encantos, cada uno que decida si buscar algo mas o permanecer en el encantador desconocimiento y puede que más adelante me lance a publicar algo de información.
